viernes, 26 de noviembre de 2010

Camino de la Perdición


"Nunca le perdoné a mi hermano gemelo que me abandonara durante siete minutos en la barriga de mamá, y me dejara allí, solo, aterrorizado en la oscuridad, flotando como un astronauta en aquel líquido viscoso, y oyendo al otro lado cómo a él se lo comían a besos.
Fueron los siete minutos más largos de mi vida, y lo que a la postre determinarían que mi hermano fuera el primogénito y el favorito de mamá.
Desde entonces salía antes que Pablo de todos los sitios: de la habitación, de casa, del colegio, de misa, del cine... aunque ello me costara el final de la película..."

Y ya no solo iba por delante de él en todo en cuestión temporal, me aventajé en los estudios, en el deporte, en las relaciones sociales, en el dinero... pero nunca llegué a ser tan querido por mis padres como Pablo.
He sido siempre un incomprendido a partir de aquel momento y cada vez todo lo que me rodeaba me daba más asco. No sé si por envidia o porque he podido conseguir todo lo que estaba en mi mano, menos ese simple detalle que no dependía de mi aunque lo intentase constantemente e hiciese maravillas. Lo que me llevó a desligarme de mi familia por completo e iniciar una vida independiente por mi cuenta dejando atrás mi pasado, pero sin olvidar esas sensaciones que me corroían por dentro.

En mi desdicha, empecé a frecuentar lugares nocturnos en los que se solía juntar la jet set de ambientes pocos propicios, peces gordos del hampa...
Empecé a tener relaciones con ese tipo de gente y acabé perteneciendo al círculo más elitista de los negocios ilegales de todo el país.

Con el paso de los años me fui haciendo con poder, al margen de mi familia, yo no sabia nada de ellos y ellos nada de mi. Me hice millonario, mansión, coches de lujo, una época dorada que brillaba por el consumismo y el poder que suplía mis carencias afectivas. Estaba inmiscuido en una de las potencias mafiosas de mayor envergadura del país, pero todo empezó a ir mal con el paso del tiempo.
Un soplón de poca monta que quería abrirse hueco en el mundillo, robó ciertos documentos con datos importantes, como cuentas bancarias, transacciones, blanqueo de dinero, etc. Todo ello por supuesto ilegal y que dejaba a la luz como funcionaban las cosas.
A partir de ahí empezaron los problemas internos, la quiebra de la empresa, la búsqueda y captura por parte de la policía, y lo peor de todo el precio a mi cabeza por parte de capos rivales con los que tenia algún negocio.
Tuve que abandonar la ciudad, y dejé casi todo el lujo que me rodeaba para no llamar la atención. Tenia suficientes fondos guardados como para vivir lo que me quedaba de vida sin trabajar en un modesto piso como cualquier persona normal. Pero ya desaparecido vi una noticia en la televisión que me dejó traspuesto.
Acababa de ver mi cuerpo muerto, o supuesto cuerpo ajusticiado con una corbata colombiana por parte de ajustes de cuentas. Obviamente no era yo, sino mi hermano gemelo, empezando a invadirme los recuerdos de aquella época pasada y preguntándome si no hubiese sido dado tan de lado como fui por mis padres si esto hubiese acabado así. Si me hubiese metido en estos mundos, mi afición por la mala vida y el dinero fácil, si mi hermano aún estaría vivo.
Era una carga demasiado dura y no sabia que hacer así que supongo que escogí la opción más fácil y cobarde intentando así escapar de todo de una vez por todas...
 




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